Oh demonios, su próxima victima había logrado escapar. Justo al caminar detrás de ella, pero sus pasos se detuvieron al sentir el aroma de una mujer envuelta en magia, con una silueta hermosa y largo cabellos oscuros, podia sentir su hedor de poder mágico oscuro como probablemente aquella sentía el de su contraria. Tantas cosas tan diferentes, que sorpresa se llevó al ver que no era la ultima bruja, bueno, ya habia algo que le agradaba y es que pudo salir viva de la inquisición y eso ya es un logro... Que curiosidad, que magnetismo tenia esa otra chica, se preguntaba que oscuros y terribles secretos en común podrían tener.

Sin embargo, ese era su lugar, su pueblo ya estaba en la palma de su mano por lo que debia proteger lo suyo. -Creo que se por que estas aqui... Querida. Pero este pueblo ya me pertenece, todas sus almas son mias.- Dijo con su tenue y perpetua sonrisa, con sus ojos azules penetrantes mirándola fijamente, seria una lastima que las cosas salieran mal