Distraído y despreocupado le rodeaba para poder observar mejor cada angulo de aquel imponente guerrero del inframundo, al poco rato regresó de nuevo a estar frente al Escarabajo Gigante mientras escuchaba su discurso. — Seguro devastador, como la pisada de un elefante... — respondió de manera inconsciente, siguiendo la conversación.

Más la sombra de aquella enorme mano se proyectó sobre el muchacho, advirtiéndole del peligro. Fue instantánea la aparición de aquel instinto asesino en su contra haciéndole reaccionar de manera instintiva e inmediata, apartándose del área de impacto, aprovechando su pequeño tamaño y agilidad.En el lugar de donde se encontraba, un enorme cráter había sido creado, más la figura del pegaso se mantenía oculta, reapareciendo sobre el hombro de aquel gigante. — ¡Nah! La carne humana no proporciona ningún nutriente pese a que sea similar a la carne de cerdo...—