- La joven albina no se sorprendió al ver aquella mirada no solo fría sino tal vez incluso de odio que su madre la reina habia dado a ella. Sus palabras tan frías como un iceberg penetraron hacia el corazón de la más joven, respondiendo a estás. -

Su majestad, disculpe mi atrevimiento en haberle faltado al respeto de este modo.

- Aguanto el coraje y la humillación en ese momento, ya que cuando se le indico cual sería su destino, Nahiara los trato con el respeto que se le debia de dar a la familia real y al tener una llamada de atención en que se debia portar como la princesa que es, pensó que el serlo era dirigirse a la reina con naturalidad, que gran error.

Estando sumergida entre libros y apuntes sobre las negociaciones del reino, habia olvidado por completo el que no podia salir del palacio, pero ella insistió en acompañar a la otra dama de la corte, protegeria a aquella doncella quien le permitió sentirse útil en su hogar. [b]Vaya sorpresa, he violado nuevamente