-Mientras caminaba hacia su casa; sabía bien que no podía esconder su verdadera esencia con él pero no dijo nada más, aún tomando su mano su paso se apresuró para llegar. Al final del camino se pudo ver una simple cabaña de dos pisos con un extenso jardín tanto en la entrada como en el patio exterior-

Bien, espero que esos polvillos te ayuden al menos un poco...veo que lo necesitas.

-Al llegar a la casa, esta abría la puerta por si sola; era obvio que era gracias a su magia, una vez adentro le soltó la mano para ir en busca de aquel polvillo en la vieja alacena tallada en madera que tenía en un rincon-