Los largos pasillos de una comisaria, no era un sitio en el cual mantener la calma, no para alguien que no estuviera envuelto en algo sospechoso, pero aquí estaba, siendo llevado a una sala de interrogación, aunque, sin esposas, dos agentes lo escoltaban uno de cada lado, hasta una puerta de metal, que al abrirse mostraba una mesa de madera con dos botellas de agua y dos sillas.

Una de estas, ocupada por una mujer con una vestimenta poco usual de un policia, una especie de túnica azul y brazaletes con puas, los agentes los dejaron y el caza tesoros tomo asiento, estaba esperando que la mujer dejara de escribir y leer en unos papeles dentro de una carpeta.

Entonces... que hago yo aqui?

Cruzo ambos brazos sobre la mesa observando el rostro serio de la agente, no obtuvo respuestas inmediato, por lo que se sintio algo incomodo por la situación que no le daba respuestas, tomo una de las botellas de agua para tomar un sorbo y respira.