Detrás de su madre venía Layla con su forma de niña. Llevaba su cabello sujeto en un par de coletas, con un vestido rojo con toques blancos, asemejándose a un traje de santa, y sobre su cabeza un pequeño gorrito de santa.

Se encaminó hacia su abuela e hizo una reverencia ante ella y después hacia su abuelo, haciendo igual una reverencia. Finalmente se quedó al lado de su madre y rodeó la cintura de ella con sus brazos, ocultando el rostro en su vientre.

— ¿Layla comer dulces, mamá?

Preguntó, levantando un poco el rostro, mostrándose sonriente, pues le gustaba la navidad, la unión familiar y sobre todo, los dulces.