Se mantuvo inmóvil, permitiendo que su creador colocara su mano sobre su cabeza a modo de caricia mientras escuchaba la palabras mencionadas por el sucesor de Clow. Una sonrisa sincera surcó sus labios, sentía orgullo de servir a un hechicero tan maduro como lo era Eriol. Pronto, aquel breve lapso de seriedad se quebró y, sin poder evitarlo, dejó escapar una tenue risita traviesa.
—Yo no lo presiono, sólo le impido que se acerque demasiado. Además, yo estoy cooperando al recordarle la realidad— (??)