Continuó abrazando a la pequeña hermana de Touya con la misma intensidad por un par de segundos más. Inusual en Ruby, pero realmente le alegraba volver a verla después de tanto tiempo. Al percatarse de que a aquella se le dificultaba hablar, se separó un poco con el objetivo de darle aire. Sonrió dulcemente y añadió animada tras ser oyente de sus palabras. —Hay que comer un pastel de bienvenida. ¿Qué opinas?—