— Siempre tuve miedo a involucrarme con personas iguales a mi padre, porque entendía que mientras más permanecia en ese mundo, olvidaría quien soy. Olvidaría a esa chiquilla que gustaba de tener dos coletas altas y atarlos con listones de colores. Mi esencia inocente y amable será cambiada por algo que él necesita... Mi padre no necesitaba a una hija amorosa, ni un hijo que heredará el negocio familiar. No. Claro que no. Eso sería una broma de mal gusto para alguien como él; ¿Sabes que clase de padre era? De los que te muestran que el demonio bajo tu cama seguirá ahí hasta que decidas tomar valor para asesinarlo. Alguien que no le preocupaba dañar la mente de sus hijos, porque decía que la vida era cruda, y si entendíamos eso desde pequeños... Nadie nos derrumbará. Mi padre no fue un ejemplo a seguir, pero debo agradecerle que me enseño que nunca estarás a salvo. Y que debes ser el que asesina.