-Con sus manos aún sobre el rostro ajeno, no permitió en ningún momento que el otro bajase la mirada ya que al finalizar sus palabras acomodó sus labios sobre los ajenos para besar con suavidad la zona.- Eres todo lo que quiero en mi vida y esto no es un impedimento para que estemos juntos. Además, no me contaminarás por el simple hecho de que el Señor del Caos no existe en este plano, así que ya no te preocupes por esos pequeños detalles.