Lo había citado en el local de comidas rápidas donde fueron por primera vez. Lust, esperaba en la misma mesa entre que bebía un refresco de lima observando con ansiedad la puerta del lugar.
Y tú a mi, Lust. -Replicó casi de inmediato, sintiendose feliz al escuchar su confesión y demostrandolo con una gran sonrisa sobre sus labios, asintiendo después- Por suerte llegué a salvarte, ¿No? -Bromeó nuevamente, sin embargo al ver que se quebraba se levantó de su asiento, acercandose a ella para abrazarle, dejando que escondiera su rostro entre sus brazos- No es necesario que lo expreses...
