Solo tú, amada mía, solo tú puedes volverme impío y terrenal, solo tú me das una razón para quedarme en este mundo físico de placeres, de efectos inquietantes…

[code]Te arrancó las prendas, las pocas ropas que permitía usaras, era bien sabido que a tu hombre, le gustaba exhibirte y presumir tu hermosura; dejándote ahora, semidesnuda, tus pechos blancos y redondos, expuestos al entorno, tu cintura igualmente liberada de aquellas telas indignas de tocarte, sin más, Arcturus sobó de tus pechos, apretujándolo, masajeándolo en círculos, mientras que su otra garra se encargó de masajear tu intimidad en pequeños círculos, sus enormes zarpas evitaban que se viera todo lo que te hacía, ocultando tus partes privadas con el abrazo de sus zarpas.[/code]