Y le llamaba truco no con la intención de ofender si no de hacerlo sonar especial y un poco divertido, su gesto cambió cuando la chica mencionó el templo, no odiaba esos lugares, tampoco le atraían, pero no llevaba a imaginarse lo pesado y aburrido que pudiera ser vivir bajo esas condiciones. ─No suena divertido, pero no te preocupes no tienes que seguirme el ritmo, con que disfrutes la bebida es suficiente, ya hay demasiadas expectativas en la vida como para que ponga alguna nueva sobre tu existencia─ sonrió con naturalidad y cuando ella mostró el aparato dio un pasito al frente para extender su mano y tomarlo, no pidió permiso y tampoco pediría perdón, era una de sus malas costumbres, mientras comenzaba a navegar con naturalidad por los menús, cosa que delataba el tiempo que llevaba en el mundo humano, comenzó a silbar, finalmente marco un número y el sonido vibratorio de su teléfono se escuchó en el bolsillo de su pantalón por lo que solo sonrió al contestar, de pronto se vio en esa