~Su cuerpo se había paralizado al imaginar un sin fin de escenarios en los que la veía en distintas situaciones acarameladas con aquella persona que había mencionado su hija. Era el miedo de cualquier padre manifestándose, al enterarse de la presente situación.

Se tomo un tiempo para recobrar la calma, sin embargo, aun le inquietaba aquella idea de su hija, hasta que finalmente pudo articular sus palabras.

- E-Eso... es maravilloso, Mashu... -

Era lo menos que podía hacer, aceptarlo y velar por la felicidad de ella.~