El explorador se había adentrado en aquel castillo donde supuestamente reinaba un demonio al cual temían las ciudades y pueblos aldeanos, no obstante este nunca tuvo que usar ninguna de sus armas, ninguna de las criaturas de ese lugar era hostil, y al llegar este al cuarto del trono se quedó observando fijamente a lo lejos a aquella figura lejana.
— Puedo decir que es inesperado que un rey demonio no ataque a sus perpetradores... pero por educación debo mantener la cordialidad. ¿Eres tu el dueño de este lugar?