– Ya había amanecido y la alarma en el teléfono de Marinette se encendió pero hizo caso omiso, desde temprano Tikki estaba despierta y como la peliazul seguía durmiendo por desvelarse la noche anterior patrullando Paris la pequeña kwami se acercó para jalar un mechón de su cabello y gritarle al oído.–
¡Despierta Marinette, ya es tarde para ir a la escuela!
– Se removió entre las cobijas de su cama y se escondió debajo, luego reaccionó y se levantó de un salto de la cama, enseguida comenzó a correr de un lugar a otro dentro de su habitación para vestirse lo más rápido que pudo, metió a Tikki en su bolsa y bajó a desayunar.
Vamonos Tikki.
En la cocina su mamá tenía listo el desayuno, tomó de un sorbo un vaso de jugo y una rebanada de pan tostado que sujetó con los dientes mientras seguía bajando hasta la entrada de la panadería, como era costumbre su padre le tenía preparados una caja llena de macarons en una caja.
