*Sonreiría levemente al escuchar las dulces palabras de su amado esposo, la felicidad no se hacía esñerar pues sus mejillas se tornaron carmín y sus labios todo el tiempo mostraban una sonrisa enamoradenamorada. La Diosa se quedó pensando un par de minutos mientras observaba con detenimiento cada detalle de aquella mesita, finalmente se decidió por algo un poco simple pero que siempre ha querido probar* Quiero Lasagna mi amor, y una cooa de champagne y vino tinto por favor. La champagne será para brindar poe vuestro regreso a casa amado mío