— Es grata por su bella presencia y su inigualable porte, La mia più bella signora, una vera regina.

Escoltó a la bella mujer hacia la limusina que les esperaba para esa maravillosa velada, donde un chofer ya tenía la puerta abierta para que la dama subiera, y una vez que lo hiciera, Ignazio movió la cabeza, dándole la indicación al chofer que él le cerraría la puerta a Lucia y que subiera a encender el auto.

Cerró la puerta del coche una vez que la dama subió y caminó hacia el otro lado para abrir la puerta y también subir. Una vez dentro, el chofer subió y arrancó el auto.

— Lascia che te lo dica, sei meravigliosa, Lucia. Sembra grandioso. La tua bellezza vale la pena incorniciare un dipinto e sarei onorato se posassi per me così posso dipingere una tua foto.