*Le quito las ataduras y se abalanzo sobre el cuerpo del chico.* -Amo el sabor de tu carne, creo que de nuevo empezare por tu brazo. *Con fuerza comenzó a forcejear el brazo del joven mientras se escuchaba como los tendones, músculos eran arrancados con brutalidad hasta que este yacía ahora entre sus manos escurriendo gran cantidad de sangre, sin inmutarse abrió su mandíbula y comenzó a comer.* -Es tan dulce tu carne, no se que aria sin ti, gracias por la comida.
*Tras recibir el órgano se relamió los labios y se alejo con uno que otro salto.* -Esta bien ya terminare de comerte al rato.
*Le dirigió una grata sonrisa con ojos tan brillantes que parecían dos pequeños focos morados mientras se alejaba y veía como el chico se recargaba en la pared*
