Briar negó cuando le preguntó que si estaba perdido, luego señaló a un humano más adelante, era un niño más grande posiblemente de unos 12 años, luego con su oscuridad formó una especie de platillo para lanzarlo en su dirección y directo a la cabeza y a una velocidad que supuraba la de una bala, por lo que al impactarse contra ese humano, la cabeza se le reventó y su cuerpo cayó inerte sobre el suelo mientras la sangre salía a chorros
luego buscó con la mirada hacía otra posible "participante de su juego" para señalar a un hombre adulto y luego señalar al joven he indicar que le tocaba matarlo.