Sacó del interior de su sostén un pequeño frasco que si bien era difícil tomarlo entre sus grandes dedos pero a Diane eso no le importaba. Sonrió entusiasmada, tenía una cantidad de capsulas lo suficiente para abastecerla unos meses. —¿Estás listo King? —habló como un presentador de infomercial, como si se tratase de algo mágico aunque ciertamente lo era. Tomó una capsula y la comió, pasaron unos segundos cuando ella tenía ahora el tamaño de una humana, un poco más alta que la princesa Elizabeth, pero la talla era menor.
