No soy tan chiquita. Pronuncio lo más bajo e imperceptible que le fuera posible, cuando a sus pies ya habían llegado algunos pequeños insectos. No digan nada solo escuchare un momento más y saldré.

Tampoco le gustaba mucho la idea de que lastimaran a su pareja en si ¿Quién le podría gustas eso? Solo una persona sínica se alegra del sufrimiento ajeno, sus colas a diferencia estaban intranquilas moviéndose con rudeza pues esta demostraba en si la ansiedad que sentía al ver a su padre tomar a Kin por su cuello. Mordiendo el interior de su mejilla soltó un ahogado quejido su madre tenía que decir eso en ese preciso momento.