" Acomodaba el bolso en su hombro, escuchaba y reconocía que Anyel tenía razón, no era nada más que un humano, común y corriente, sin nada especial, pero eso no lo convencería, ni la realidad lo haría cambiar, estaba dispuesto a morir como sus palabras lo decían, era la más pura verdad, era quizás aquel pensamiento lo que hacían de Zet y Keirot un equipo extraordinario, de cualquier modo, el muchacho solo sonríe mirando al cielo mientras sigue el camino "

- Es mejor no pensar tanto en el después, nisiquiera sabemos si existirá un después, por ahora, vamos a vivir lo que nos toca.. hasta que la vida alcance -

" extiende su diestra con el puño cerrado esperando que su amigo lo choque con el propio, algo muy común en aquel par "