-Él pagó lo suyo y tras tener el cambio, guardó todo en el bolsillo trasero de su pantalón y algunas monedas en el bolsillo lateral.- ¡Es dulce y fresco! No entiendo como no te gusta mas bien.

-Él si comenzó a beber su jugo, mirando al frente y algunas veces su mirada se dirigía a su amigo, prestando atención a lo que decía, no le quiso interrumpir, podría hacerlo con varios argumentos, pero prefirió callar hasta que fuera su turno de hablar.- No podrás, no son tuyos, no somos como Sheiry o Keint, o cualquiera de su organización, no somos demonios, espíritus malignos, ni siquiera la criatura mas insignificante que existe... somos solo humanos.

-Posterior a lo que dijo, negó un par de veces con la cabeza mientras sonreía.- Pero sé que no te vas a cansar, aunque sepas que es imposible... Va a costar mucho animarte cuando Yzis y los demás regresen a Vailak.