-La muchacha caía de espaldas, resbalándose por el piso tras haber sido lanzada, con aquella salpicadura de sangre que mancharía aquella camisa blanca sin cuello ni mangas que tenía puesto, le tomaría al menos un rato considerable reincorporarse, sintiendo algo entumecido el cuerpo, pero al menos ya le había hecho algo de daño serio a su oponente, que al igual que ella, actuaría de manera mas analítica, o al menos, ya no le estaban tomando con ligereza-

Te confiaste también demasiado...

-Le decía cuando se ponía de pie, para reincorporar su defensa, marcando un tajante error por parte de este, que ella misma había aprovechado para cogerlo con la guardia baja, para después volverse a poner en guardia con las palmas abiertas a la altura de su pecho y hombros-