Una graciosa negación, gesto que genera su cabeza con un ligero movimiento, va acompañado de su maravillosa sonrisa; realmente ella lo enamora con su manera tan tierna de hacer cada cosa. Detalla con sutileza aquel abrazo, apegando el cuerpo de su pareja con usual dulzura, antes de apoyar su mentón sobre los cabellos de tonos pastel antes de musitar sus palabras ─ Puedo ser tu frazada si eso deseas mi amor, pero... no estoy seguro si podré hacer un buen trabajo ¿Que opinas tú? ─ inclina un poco su rostro solo hasta hacer contacto con sus labios sobre los cabellos de la dama para dejar un fugaz beso ─ Gobernar ese corazoncito, me agrada la idea... siempre y cuando pueda contar con mi reina ─