— ¿Dónde está? ¡¿Dónde?! —. Ha perdido uno de sus cuernos en la muda, no suele sucederle puesto que el material de estos puede utilizarse en gran medida para fabricar armas y brevajes, pero para su sorpresa (o no tanta), no recuerda adónde pudo haberse caído, y tras quitarse toda la ropa, no lo vió caer ni en el camino a casa.
Así es...-Rió entre dientes, solo alzando brevemente la mirada en su dirección al notar su gruñido.- Prometo devolvértelo de una manera genial y práctica. -Enfocó la vista en sus brazos con cuidado cuando alzó los puños, analítico, como si estuviera tomando sus medidas en cada momento; lo cierto es que no era su mejor área de habilidad pero ya había trabajado en artesanías con navajas en varias guerrillas.- Esta vez no se va a caer y lo podrás usar cuando quieras. -Siguió dándole filo al cuerno hasta que lentamente la forma de una larga y afilada garra iba apareciendo y con el metal iba trazando una nueva justo a un costado de la primera, mostró unos guanteletes de cuero a medio terminar que estaban sobre una mesa a su costado.- ...Y siempre vuelven a crecer, boba (?)
