En sus labios se expresó una pequeña sonrisa por lo mencionado. —Sabes que no lo decía en ese sentido Kaeya, solo estoy comunicando las instrucciones de uso que me comentó Lisa.— Después de todo la intendente no era de dudar sobre la gente de Mondstadt.

Trataba de mantener un poco de seriedad, solo que de todos modos y sin poder controlarlo dejó salir una pequeña pero discreta risa que cubrió con su mano. Risa que duró sólo un poco para después tornarse en una expresión curiosa pero precavida por lo que estaba diciendo su compañero. —Cuando vuelva de recuperar los libros con gusto le haré llegar tu saludo.— Se cruzó de brazos para luego añadir. —Y espero que ese favor que quieres solicitar no involucre menos papeleo, después de todo es nuestro deber como caballeros velar por la Ciudad de la Libertad, aunque sea por medio de éste proceso. Que por cierto, aún estoy esperando tus reportes.—