No sabía qué le sorprendía más en ese momento. Si el detalle de Lisa o que Jean tuviese unos minutos libres para dárselo, ese debía ser un día especial o sumamente raro, quizás aún estaba soñando. Sus manos tomaron con cuidado aquel incienso que observó con atención mientras que lo olisqueaba un poco.— ¿Estás insinuando que atraigo malas energías y personas no deseadas en mi vida? Vaya, quién diría que la Gran Maestre sería así. —Fue inevitable reír, y terminó negando lentamente mientras que la risa disminuía de a poco para tornarse serio, con esa sonrisa confiada, pero serio a fin de cuentas.— Te lo agradezco, dale un saludo a Lisa de mi parte y... Realmente espero que sea bueno para alejar todo el mal o me sentiré engañado por ti, y me deberás un favor, Jean.