Al llegar al baño de señoritas, recargó la mano zurda en el lavabo mientras con la diestra se tallaba los ojos a manera de secar sus lágrimas, pero le resultaba complicado pues estaba muy triste más tuvo que hacerse la fuerte al escuchar detrás de ella la voz de Tomoe que había irrumpido con el pretexto de estar preocupado, tal parecía que disfrutaba verla sufrir.

— Kurama, fue muy grosero y todo por culpa de éste gorro horrible.

Le dió la espalda mientras él intentaba convencerla de volver a casa pues ya había logrado su propósito de ver al idol y "ya no tenía nada que hacer en la escuela", se giró para verlo una última vez, pasó por su lado sin importarle un par de lagrimas a punto de resbalar por sus mejillas.

—Me miras mientras lloro y estás como si nada, quiero que me dejes en paz...