La bestia entiende que estaba en un conflicto inevitable, su oponente ignora su intento de intimidación y pasaba a ofensiva total, este se preparaba para lo mismo, con respiración controlada gracias a su arduo entrenamiento marcial, su energía comenzaba a circular por su cuerpo, su mirada afinada, su musculatura refinada, su respiración nula. Su cuerpo comienza a rodearse por una especie de reflejo azulado. Era una bestia pro fuera pero un maestro de las artes marciales pro dentro.

-Creo que te equivocas humano, el único que va a morder aquí… ¡SOY YO!

Exclama con su hocico abierto se lanza hacia su contrario soltando semejante mordida con su dentadura, sus afilados dientes era como de acero puro, nada comparable a un animal místico común.