Escuchó con atención la rápida explicación de su amigo. Si estaba demasiado afectado por la situación, Maredy también. Solo le faltaba escuchar lo que Hanary pensaba, pero era claro, estaba dolida. Suspiró tranquila y palmeteó su cama a un lado de ella, para invitarlo a sentarse en algo más cómodo.

—Las quieres a ambas, eso lo entiendo... pero... No podrás tener contenta a ninguna de las dos, si tú no pones en orden tus pensamientos y sentimientos. Si eliges a Maredy solo por cariño, a la larga la lastimarás y te lastimarás a tí mismo por querer otra cosa. Si eliges a Hanary, Maredy estará dolida, pero ¿Sabes? Ella te quiere mucho y creo que es suficientemente madura para que, si es el caso, puedas hablar con ella con tranquilidad y explicarle las cosas. —