-Soltó una sonora carcajada cuando vio a su novio atragantarse con la papa. Era la primera vez que lograba ganarle una. Tomó una papa y aún riendo, la comió y casi se atraganta también cuando mencionó lo de estudiar para los exámenes finales, pero si quería guerra, guerra tendría.

—¿Seguro? Quizás te pida repasar las lecciones, sabes que soy muy estricta con los estudios y... las prácticas... —Soltó un suspiro, con una mirada traviesa en los ojos. Esta vez, se sentía más relajada por lo que ella misma terminó por apagar la luz de la lámpara de la sala y se recargó en el hombro de Keirot-

—Apagadas serán... no tengo miedo. Estas aquí... —Confesó en voz baja.-