--Había tomado su propio plato para comerse la hamburguesa, pero fue el comentario de Keirot lo que provocó que se quedara helada mirándolo. Cualquiera diría que se habría ya acostumbrado a sus bromas, pero la realidad era que cada vez, le hacían sonrojarse apenas entendía el doble sentido de estas.

Solo que en esta ocasión, ocurriría algo totalmente diferente.

Retuvo el aliento y bajó el plato a su regazo. Acercó el rostro al oído de Keirot y en voz muy baja a pesar del ruido que la lluvia hacía contra las ventanas, le respondió.

—En mi habitación, podríamos estudiar muchas cosas... ya sabes, anatomía, por ejemplo, ponerla en práctica... — Y esperó su reacción sin apartarse de él.-