[code]La situación empezaba a empeorar, los no muertos aparecían por todos lados sin ningún tipo de control, la ciudad se incendiaba y las calles se habían tornado de un rojo sangre, quisiera pensar que era por las llamas y no por la pérdida de tantos inocentes. Como era usual en Jill, no podía dejar inocentes solos, y mucho menos aquellos que gritaban con la misma vitalidad con que lo haría cualquiera desesperado por vivir.
Las explosiones no tardaron mucho en darse, afortunadamente ella estaba lo suficientemente lejos para no verse involucrada entre los escombros y los trozos de criaturas que se esparcían por el lugar.- ¡Demonios!
Se movió rápidamente en dirección contraria, para su suerte, pudo ver a una joven que estaba intacta, una joven armada en problemas, los tenía muy cerca de ella. No dudo, apunto a la cabeza de los no muertos y se encargó de los más cercanos.- ¡No te detengas![/code]
