- Si era para usted -le provocaba un cosquilleo impresionante, parecía querer seguirse riendo pero ya carecía de gracia si continuaba-
- Tranquilo usted, cualquiera puede confundirse, al menos así en un café conmigo haré que sus preocupaciones se aplaquen un poco, hay que relajarse de vez en cuando, ¿paso por usted a las 7? Esta noche