No habia dejado de sentirse culpable el resto del dia despues de que la rubia se fuera. Incluso cuando uno de sus compañeros se puso de asqueroso en cuanto la figuro de ella, no dijo nada pues su mente se encontraba en otro lado. Al dia siguiente pensó que ella ya no regresaria, se estaba haciendo a la idea cuando un guardia llego por el a su celda. -Pensé que ya no volverias- dijo al verla sentada en el cuarto de su terapia.
Sin pensarlo sus manos fueron a las mejillas de la rubia acariciando estas con suma delicadeza y ternura como si de una muñeca de porcelana se tratara. Despues de unos minutos se separó de mala gana del beso, pues no queria que terminara pero sus pulmones se lo exigian Yo... lo siento- dijo igual de sonrojado que ella.
