-La Princesa Estrellada esbosa una amplia y dulce sonrisa ante la criatura mágica, uno de sus mejores amigos. Que emoción estar con su pequeño amiguito, que a pesar de su tamaño es capaz de luchar, usar armas acorde a su pequeño estatura y causar daño al enemigo con tal de proteger o salvar a sus amigos.-

Así que un cerdito se hizó pasar por una lechona, que caída tan brutal tuvo el Principe Impostor... ¿Perdiste tus ojitos?. Lo lamento mucho, Jengi. Lo que es vivir ciega por un buen tiempo pero veo que has recuperado la vista de nuevo, siempre hay milagros para los heroes cómo nosotros. ¿Volverás a irte?.

-Con uno de sus dedos, le acaricia la mejilla a su amiguito galletica, sintiendolo que está sentado aún sobre uno de sus descubiertos, suaves y fuertes hombros. Pronto, ambos tendrían muchas y nuevas aventuras.-