Habían pasado al menos 4 meses desde la desaparición de Makoto, en este tiempo su paradero siempre fue desconocido, no hubo pistas o algún indicio que llevara a su localización. Hubo fotos, llamadas pero nada que llevara a encontrarlo. Era una noche bastante fría la temperatura había descendido varios grados, un hombre vestido de traje llegó con un pequeño joven maltrecho en brazos, se vea bastante delgado y tenía signos de maltrato, lo había encontrado a un lado en la carretera cerca de una zona alejada del bosque. Se le traslado al hospital (...)
-Para suerte de ambos los oficiales empezaron a retirarse, al parecer hablarían con la persona que encontró a Makoto en el bosque, con todo el caos que había pasado ni siquiera se había dado cuenta de quien era la persona o si seguía cerca, pero considerando que debía dar declaraciones seguramente lo conocería en otro momento- Está bien, si quieres algo más no dudes en pedírmelo -Acomodó un par de cabellos del menor y ante sus palabras, lo miró con ligera tristeza- Yo estaré aquí, todo el tiempo y en todo momento, si tienes una pesadilla solo debes abrazarme... no dejaré que te vuelva a pasar nada... -Quería decirle tantas cosas, pero no era el momento, no necesitaba abrumarlo- Ya estás a salvo -Se acercó para rodearlo con uno de sus brazos y ofrecerle recostarse contra él-
