- No. -Frunció su entrecejo en vista del hartazgo que vive en su colegio, siempre recibiendo ordenes, amenazas y toda clase de actos despectivos.- -No lo haré, además... -Viró su vista al bolsillo de la joven y en la maniobra "discreta" de empuñar una navaja.-

-Yo también tengo una y... -Agregó cambiando drásticamente el tema.- -Tú mataste a mi maestra ¿Verdad?
-Hace enfasis en el cadáver que la joven intentó pasar por alto, mencionando aquello que solo es una posibilidad. Fijó su vista a ella, sustrayendo aquella daga de exóticos acabados y mantuvo guardada en el bolsillo de su uniforme escolar.- -Yo... también adoro la sangre.