— Tiene una gran curiosidad en cuanto a su anatomía y sobre las reacciones que podría manifestar si llegara a tocar un poco más en sitios indebidos.— Veamos que hay por aquí. — Deslizó el índice de su mano derecha desde su cuello hasta el abdomen, rasgando con su uña ligeramente la piel y cuando finalmente llegó hasta su pelvis, volvió a meter la mano, ahora bajo su boxer y cuando tocó más que piel, expresó una sonrisa ladina al sentir esa tibia carne.— Umm...