Odiaba ser la chica nueva... No había tenido buenas experiencias en escuelas anteriores, siempre se metía en líos, ganaba enemigos y por lo general los profesores la detestaban. Suspiró mirándose al espejo. El reflejo le devolvió la imagen de una chica bajita, vestida con un uniforme escolar impecable: faldita a tablas de color blanco, saco gris, medias grises altas hasta la rodilla y zapatos negros perfectamente lustrados; la imagen perfecta de una alumna modelo, una total farsa.

–Bien... Aquí voy. –Se dio ánimo y salió de casa.

El trayecto en bus estuvo tranquilo, por suerte no llegaría tarde. El establecimiento era grande, pero tenía un pequeño mapa para orientarse. –Salón de clases 13-B... Aquí es... –Solo había llegado la profesora, quien le pidió que esperara en una esquina junto a la pizarra, pues la presentaría a toda el aula una vez que el resto de los estudiantes llegaran. No pudo evitar sentir un vuelco de nervios en el estómago.