Una sensación de gran calidez recorrió todo mi cuerpo, había sido puesta en un profundo sueño, para poder despertar con nuevos recuerdos y esperanzas, tan sólo podía recordar a dos mujeres de auras opuestas, dándome la ayuda que llegue a pedir, habían borrado todo rastro doloroso de mi vida, como si yo Isabella hubiera muerto en ese viaje, y ahora la que volvió fuera solo un reemplazo de la que partió derrotada aquella tarde.

Poco a poco abrí mis ojos, lo primero que vi fue a mi padre, que me llevaba en sus brazos y a su lado estaba mi madre ambos me habían recibido de nuevo, aún sentía confusión, tenía claros algunos recuerdos simbolismos que unidos en el futuro podían hacerme recordar todo aquello que la albina me hizo olvidar.