La pequeña por el momento carecía de olor natural gracias a su implante neural, sin embargo, había estado comiendo una rica mermelada de fresa, quizá olía eso o quizá a los olores del ambiente. — ....

En silenció lo observo, incluso se inclino para verle mejor, ella no comprendía como podía existir un diseño tan extraño, una pequeña bestia gorda de cabeza grande y cuerpo pequeño. En definitiva la selección de los humanos para la futura reproducción era un tanto aberrante, ella estaba dispuesta a decirlo, así que de forma clara emitió. — ¡Ecou! —Por supuesto, todas las criaturas por muy graciosas que fueran merecían respeto, así con ambas manitas lo tomo por la barriga sin pedir permiso, después de todo era un perro y ella una niña, y lo pego a su pecho para olfatear su cabezota. Sonrió, pero antes de hacerlo le dio una profusa lamida en la coronilla, una forma de conocerlo mejor a nivel molecular (?).