*El gesto de la diosa disipó cualquier duda o incomodidad que pudiera estar sintiendo el Normano. La sangre fluía sin cesar desde el mango de la hoja tocando la joya; el corte había sido profundamente ejecutado para asegurarse de ello. Las palabras de Hilda y Erza le dejaron intrigado: ¿estaban en peligro de un posible ataque? Aun así, se mantuvo enfocado en cumplir su parte en el plan. A pesar de la montaña rusa de emociones que habia experimentado, el Normano se encontraba en buenas condiciones físicas ,sabía que pasaría un tiempo considerable antes de que la pérdida de sangre se convirtiera en un problema serio. Su única esperanza era mantenerse en pie el tiempo suficiente para que el ritual tuviera éxito.*