En esa ocasión su risa fue algo más alta, riendo abiertamente por la reacción tan fingida que mostraba el castaño. Sabía que su comentario no había sido tomado con seriedad, y eso solo hacia la vikinga continuara bromeando.

—¡Oh vamos! Sabes que no es así. . . No del todo. — Nuevamente se aprovechó de la cercanía entre ellos para volver a chocar suavemente su brazo derecho con el izquierdo contrario. — Quizás, solo quizás, sí prefiera más pasar tiempo contigo. —