— ¡Ni siquiera sabía de tu existencia! —enarcó una ceja al intentar justificarse pero enseguida chasqueó la lengua y avanzó hacia ella, tanteando siempre las expresiones ajenas mientras se acercaba—. Admito que no fuiste la mejor noticia, pero prefiero estar de tu lado —se apresuró a decir, con una voz y risa tan encantadoras de siempre, colocándose a su costado— . A tu lado —corrigió, ensanchando su sonrisa hasta mostrar cada rincón de su dentadura.