-Sin querer había robado un libro de metamorfosis, ahora le habían nacido unas pequeñas alas de murciélago en la espalda. ¿Eran de murciélago verdad?.- ¡M-Me v-va a matar el senseei!
¡S-Sueltame Sebastian, n-no me presiones el estomago acabo de cenar, sueltame!
-Pataleaba en el hombro del maniquí , cada vez que su profesor ponía esa mirada sabía que le vendrían castigos sumos y aterradores, limpiar el piso con cepillo dental, saltar de la torre más alta intentando usar el mana disponible. O inclusive dejarla sin postre. Berreo con molestia , la cola no esperaba mucho para moverse con agresividad, dándole sus buenos golpes al hombro del pendragon y al maniquí.-
¡Y-Yo soy la que debería preguntarte, por qué tienes un libro para transformar gente en sucubos! ¡Eres un pervertido! No quiero probar nada, voy a buscar la solución, yo sola, dame quince minutos en la biblioteca aaaaaaaaaa'.
