...Una súcubo -Completó la frase apareciendo desde unos árboles. Su expresión era serena y no tenía rastros de enojo alguno, más bien era de sumo interés-. ¿Oh? Ya veo...Ciertamente no me lo esperaba. Creí que me encontraría con un pequeño sapo o lagartija pero has conseguido mantener tu forma humana.

Se llevó un par de dedos al mentón y la inspeccionó. Incluso tocó las alas y cola.

-No se preocupe, Ojou-san. Estos errores son comúnes y tengo la medicina para ello. Sin embargo...

Su cara se ensombrenció y chasqueo los dedos para que su fiel maniquí Sebastian la cargara-. Debemos tener una larga charla sobre no tomar lo que no es de uno. Andando, será una muy larga charla. ¿Sabes? Creo que tengo ganas de practicar algunas transformaciones. ¡Vamos~!

Sin decir más, empezó a marchar junto al maniquí de vuelta a la mansión.