-Sin querer había robado un libro de metamorfosis, ahora le habían nacido unas pequeñas alas de murciélago en la espalda. ¿Eran de murciélago verdad?.- ¡M-Me v-va a matar el senseei!
- Bajo la mirada encontrándose con sus propias manos, mismas que empuño con fuerza intentando concentrar todo el mana posible para erradicar los efectos del encantamiento , sin embargo le fue imposible. Inclusive le había salido una extraña cola larga que se remecía con singularidad. ¿Qué era eso? ¿Por qué? ¿Los murciélagos tenían cola?-
Espera.. si no me equivoco en el grimorio prohibido.
-Comenzó a caminar entre la penumbra del bosque.-
Existen las sucubos, seres femeninos que toman la energía de los hombres a través de los actos sexuales.. no me digas que Pendragon tenía un libro tan .. peligroso, entonces yo soy...
